domingo, 12 de febrero de 2012

pensamiento colectivo


La perdida de público en la música clásica ha sido el pan de cada día de los últimos años; la mentalidad cerrada y elitista por parte de algunos de sus involucrados impiden el acceso a nuevos públicos.

El director artístico Jorge Ballina dio una cátedra de cómo acercar la música (y la ópera) al público de hoy, que es más visual que sonoro. En  la ópera Muerte en Venecia del compositor inglés Benjamin Britten (1913-1977), que se presentó en el Palacio de Bellas Artes las 2 semanas pasadas, el manejo de la escenografía resalto y amplió los momentos dramáticos y estéticos de cada escena, lo que hacía que una proyección de Star Wars: Episodio I en 3D quedará muy por detrás.

Los músicos deberíamos de aprender de Ballina y empezar pensar de manera colectiva, para generar el diálogo entre escenógrafos, bailarines, coreógrafos, actores, compositores, cantantes, directores de orquesta y músicos; lo cual dará un respiro frente al fenómeno del monstruo chino, el niño virtuoso, o el director de orquesta carita, y regresará al público a dónde nunca debieron de haber salido: de las salas de concierto.

*El costo del boleto de un asiento Anfiteatro-B en Bellas Artes fue de $125. Peter Pears dio un recital en 1967 en Bellas Artes, el pianista acompañante era Benjamin Britten:


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